Frecuentemente las personas identificamos lo desconocido como algo peligroso, sin embargo otras lo percibimos como una oportunidad de crecimiento, una motivación, un estímulo. El Miedo a menudo nos paraliza, nos impide ver más allá.
Y tú, ¿dónde encajas?
¿Eres rígido o espontáneo ante las nuevas experiencias?
¿Te permites hacer algo solo por el mero hecho de probarlo, sin ningún otro objetivo concreto?
Déjame decirte que la rigidez es inversamente proporcional al crecimiento. La rigidez es estancamiento, es conformarse con lo que ya se conoce (o cree conocer), es decidir que no hay nuevas cosas por explorar, es establecer un círculo cerrado a nuestro alrededor del que no deseamos salir, al cual tampoco permitimos que otros accedan (esa llamada «zona de confort» que la mayoría de veces no es para nada confortable).
Otros que sin duda muchas veces podrían enriquecer nuestras vidas, mostrarnos cosas nuevas a través de las cuales tendríamos infinitas posibilidades de ampliar miras y crecer.
La rutina y falta de experimentación en nuevas áreas en la vida, nos llevan a menudo al colapso psicológico. No vemos más allá de lo que tenemos delante de nuestras narices, no nos planteamos tan siquiera hacer las cosas de otro modo, pensar de otro modo a ver qué pasa. Este estancamiento hace que «nos rallemos» la cabeza una y otra vez con lo mismo y nos conduce a estados psicológicos no deseados.
Sin embargo, ser espontáneos, eliminar prejuicios, permitirnos conocer gente y situaciones nuevas y diferentes a nosotros mismos, siempre es enriquecedor para nuestra psique. Ésto independientemente de que luego haya cosas que nos sirvan y otras que descartemos, la simple experiencia es lo que nos va a enriquecer y hacer de nosotros personas diferentes.
La única seguridad que existe en esta vida es aquella que podemos cultivar desde nuestro interior, la que nos da confianza en nosotros mismos. La certeza que tenemos de que, pase lo que pase fuera de nosotros, tendremos la capacidad de solucionarlo. Ésta es la única seguridad que puede perdurar.
Lo exterior siempre es y será cambiante, hoy es de un modo y mañana será de otro, no depende de nosotros.
Recuerda: NO siempre debemos tener un plan para la vida.
Deja que la vida te sorprenda simplemente abriéndote a «la posibilidad de cualquier cosa».
La Vida es una aventura, ¿te apuntas?
Ana Vidal
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