
No te voy a culpar, tampoco aceptaré que me culpes.
Al principio de la cuarentena, nos llenamos la boca autoconvenciéndonos de que esto iba a cambiarnos, iba a sacar los mejor de nosotros, etc…
Dos meses y medio después, constato día a día en la calle que eso no era cierto: esta situación sólo ha agudizado aquello que cada uno tenemos dentro y, por desgracia, en demasiada gente … Nada bueno.
Creemos que ahora «conocemos» a nuestros vecinos que antes ni saludábamos y nos felicitamos por ello.
La realidad es que ahora les espiamos, nos convertirnos en verdugos de nuestros semejantes, les juzgamos, incluso denunciamos si hacen algo que consideramos «ofensivo para nosotros», sin pararnos a pensar.
Les echamos la culpa de que «nos van a matar» a todos por su irresponsabilidad: si no se ponen la mascarilla, si salen demasiado a la calle o con demasiadas personas, si pasean muy cerca de nosotros y no se apartan 2 metros, y así un sinfín de insensateces más. Ah! También vamos a matar nosotros a los sanitarios, por salir a la calle y respirar aire fresco.
Ni ahora conocemos a nuestros vecinos, ni nadie nos va a matar, ni vamos a matar a nadie. Si algo o alguien lo va a hacer, desde luego NO van a ser ellos. ¡Un poquito de por favor!
Si alguien nos va a matar o nos quiere muertos, quizás deberíamos cambiar el foco de atención de donde los medios y gobiernos admirablemente nos lo han colocado y enfocarlo hacia otro lado. Y digo «admirablemente», NO porque les admire, sino porque parece que esta estrategia desde luego les ha salido de 10.
Tan preocupado está este nuestro Gobierno de España (y su «maravillosa» oposición) por la salud de las personas, como lo está la propia OMS (Organización «Mafiosa» de la Salud).
En lo que llevamos de «pandemia» ni a unos ni a los otros les he escuchado hablar, ni una sola vez, ni hacer tan siquiera alusión a la importancia de la PREVENCIÓN y de mantener una correcta salud mediante el fortalecimiento de nuestro SISTEMA INMUNE, ya que este, pareciera que se nos ha olvidado, es el que durante miles y miles de años, ha sido la primera barrera de lucha contra virus y bacterias dañinos en nuestros cuerpos.
¿Alguno nos ha dado alguna pauta, alguna recomendación sobre esto? Nos hablan de lavarnos las manos (y esto está muy bien) … de ponernos guantes y bozales, de separarnos de los demás, incluidos nuestros seres queridos y listo, así creemos solucionarlo todo. Pero lo peor sin duda no es esto, lo peor es que la mayoría se lo cree, así estamos como estamos y donde estamos.
No será tu culpa si los sanitarios se contagian, sino de ELLOS, por no proporcionarles los medios que necesitan para poder realizar su trabajo bajo estas condiciones concretas, y eso es muy grave porque los sanitarios se dejan la vida por las personas (literalmente).
No será tu culpa si no hay medios suficientes para atender a los enfermos, sino de ELLOS, por tener un sistema sanitario cada vez más precario y decadente.
A mi no me van a culpar, desde luego, porque yo ASUMO mi parte de responsabilidad como individuo.
Yo me cuestiono si todas las muertes y contagios que han afectado a miles de personas han sido «inevitables».
Yo me cuestiono «los negocios» que se traen entre manos: el gobierno, la OMS, las farmacéuticas y todo el tinglado que se ha montado.
Yo me cuestiono y me da pánico «la nueva normalidad» que nos meten en la cabeza hasta la saciedad, como algo necesario y bueno.
Me cuesta creer y aceptar que mediante medios de represión, control y la privación de libertades una sociedad o las sociedades vayan a mejorar y sus ciudadanos puedan prosperar en lo verdaderamente importante para la humanidad, eso HUMANIDAD. Por lo contrario, nos movemos en un terreno muy peligroso, el de la deshumanización total.
A mi no me van a culpar, yo asumo mi parte pero me NIEGO a renunciar a ciertas libertades inherentes a nuestra naturaleza como es la de respirar aire fresco, amar y abrazar y tocar a mis seres queridos y amigos y dar mi opinión cuando lo estime oportuno sin sentirme culpable.
A mi no me van a culpar, porque no necesito que ninguna institución me diga qué debo hacer para cuidarme y por extensión cuidar a los demás.
Cuido mi alimentación, mi sistema inmune, mis pensamientos y trato de mejorar en aquello que considero necesario, tanto para mi como para tener relaciones armoniosas con los demás.
También me cuido buscando alternativas de salud a las que nos «venden» unas pocas multinacionales para mantener su negocio que es el de la enfermedad, NO el de la salud de las personas.
A mi no me van a culpar y, desde luego, NO seré verdugo de nadie culpándole de nada que yo misma pueda o haya podido evitar o remediar.
Mi deseo para todos vosotros es: discernimiento y salud, mucha salud.
Un abrazo. Ana Vidal
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